Por Sidney Phillips
El exjefe de Inteligencia Económica del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (SEBIN) de Venezuela, Pedro Luis Martín Olivares, por quien el Departamento de Estado estadounidense ha ofrecido una recompensa de $10 millones, debido a su papel en el tráfico de droga entre Venezuela y los Estados Unidos, es hermano de crianza de Walter Alexander del Nogal Márquez, alias “El Enano”, quien, al igual que Martín, ha estado implicado en casos de tráfico de droga, pero también en la colocación de un coche bomba el 18 de agosto de 1993 en el estacionamiento del Centro Ciudad Comercial Tamanaco (CCCT) de Caracas, suceso catalogado como un “golpe seco” en contra del Gobierno interino de Venezuela, presidido entonces por el historiador Ramón José Velásquez.
El Departamento del Tesoro de los Estados Unidos incluyó el 7 de mayo de 2018 en la lista de narcotraficantes de la OFAC (Oficina de Control de Activos Extranjeros) a Pedro Luis Martín Olivares, quien en tiempos de Hugo Chávez fuese jefe de la Unidad de Investigación Financiera y luego director de Contrainteligencia del gobierno venezolano (en la antigua DISIP hoy SEBIN). Junto con Martín Olivares fueron sancionados —bajo la ley de Designación de Cabecillas Extranjeros en Narcóticos— sus socios, los también venezolanos Walter Alexander del Nogal Márquez y Mario Antonio Rodríguez Espinoza, a quienes señalaron por haber dado soporte material, financiero y tecnológico a los negocios internacionales de droga de Martín Olivares.
La relación familiar entre Martín y Del Nogal se afianzaría dado que, según personas familiarizadas con el asunto, el padre de Del Nogal y la madre de Martín, tras sus respectivas separaciones, contrajeron matrimonio, convirtiéndose muy jóvenes ambos hombres en hermanos de crianza.
El padre de Walter Alexander del Nogal, con inclinaciones de derecha, era conocido no solo por las relaciones de alto nivel político que mantenía en Venezuela, particularmente en el entorno del expresidente Rafael Caldera y de los partidos COPEI y Convergencia, de los que Caldera hizo parte; sino también porque fue una especie de tutor y corruptor de muchos jóvenes caraqueños, que años más tarde se vieron implicados en escándalos financieros, delitos de cuello blanco, actividades terroristas y tráfico de droga en Venezuela, entre ellos el narcotraficante Ronald Morett. El padre de del Nogal fue quien introdujo a varios de ellos en el mundo de la criminalidad organizada, conminándolos a participar en diversos delitos, que en principio consistieron en el robo y desvalijamiento de automóviles, hasta pasar luego al tráfico de narcóticos.
Gracias a las relaciones familiares entre Pedro Luis Martín y Walter Alexander del Nogal, una vez que Hugo Chávez llegó al poder en Venezuela y Del Nogal logra tomar control de la escolta civil del entonces presidente Chávez y de la Dirección de los Servicios de Inteligencia y Prevención (DISIP), consigue designar a Martín, alguien con poca preparación académica y quien solo había realizado algunos trabajos en el área de seguridad privada, como jefe de Inteligencia Económica de la DISIP. La permanencia de Martín en ese cargo coincide con el colapso de varias instituciones bancarias en Venezuela que conllevaron la intervención de algunos bancos.
De la noche a la mañana Martín se convierte en millonario, gracias supuestamente a actividades extorsivas y se relaciona con el denominado “Cártel de los Soles”, conformado principalmente por militares de alta jerarquía, junto a Hugo Carvajal, jefe entonces de la inteligencia militar de Venezuela. El cártel es señalado de ser un brazo ejecutor del tráfico de cocaína en grandes cantidades hacia los Estados Unidos, bajo el liderazgo de Carvajal.
En ese mismo mundo, Martín hizo fuerte amistad con Lina Ron, una desaparecida dirigente chavista encargada de comandar grupos de choque callejeros contra manifestantes opositores. Habrían sido Martín y Ron quienes convencieron al presidente de Grupo CEDEL, Eligio Cedeño, un entonces banquero acusado de contrabando por simulación de importación, distracción de recursos bancarios, y obtención de dólares de modo fraudulento; de presentarse voluntariamente ante las autoridades el 8 de febrero de 2007, cuando contra Cedeño pesaba una orden de captura en poder de la DISIP. Martín y Ron prometieron supuestamente a Cedeño acompañarlo a su presentación ante las autoridades y abogar por él para su muy pronta liberación. Pero finalmente el banquero permaneció preso, siendo objeto de diversas extorsiones y obligado a vender, por muy poco a cambio, su participación en distintos bancos, hasta que el 10 de diciembre del 2009 logró fugarse. El banquero había construido una fortuna dudosa a la sombra del chavismo y había sido catalogado otrora como el banquero más cercano a Hugo Chávez.
Martín también se acercó al Cártel de la Guajira, liderado por Hermágoras González Polanco, alias “El Gordito González” o “Armando González Apushana” y por su hermano Eudo González Polanco, con quienes estableció estrechas relaciones, al igual que con Clíver Alcalá Cordones, un militar retirado chavista casado con una sobrina de Hermágoras González. Alcalá es hoy procesado en los Estados Unidos por tráfico de droga.
El exjefe de Inteligencia Económica hizo parte también de la red de tráfico de droga de su hermano de crianza Walter Alexander del Nogal y de algunas actividades de lavado de dinero en Panamá y otros destinos.
Pedro Luis Martín hizo también estrecha amistad con renombrados periodistas de diarios y semanarios impresos venezolanos, situación que le permitió conseguir fuentes de información, influencia en algunos medios de comunicación o algún tipo de inmunidad; permitiéndose, desde su salida de la DISIP, hoy SEBIN, hasta la actualidad, hacer, a la sombra del poder, importantes negocios en Petróleos de Venezuela, S.A. (PDVSA) y filiales de la estatal petrolera. En adición a esto, están sus negocios con el Cartel de los Soles y el lavado de dinero, pero supuestamente también secuestros y extorsiones, en las que continuaría participando.
Martín ha estado encargado de la seguridad de la cadena de centros comerciales Sambil en Venezuela.
La pareja del exjefe de Inteligencia Económica fue esposa de Orlando Urdaneta, un actor venezolano exiliado en los Estados Unidos, manifiestamente opuesto al chavismo. Desde el inicio del vínculo conyugal, Martín mantuvo cautivo al hijo que su nueva pareja había tenido con Urdaneta y no volvió a permitir que el actor, quien huyó de Venezuela, acusado de participar en la conspiración golpista de Pedro Carmona Estanga, que derrocó brevemente a Hugo Chávez en 2002, volviera a mantener contacto con su hijo menor.
Personas familiarizadas con el asunto señalan que Martín posee rasgos psicópatas y terroristas, además de ser un peligroso narcotraficante al que la justicia estadounidense ha intentado capturar durante años.
El narcotraficante fungió en el pasado como brazo armado de Ricardo Fernández Barrueco y sus hermanos, unos empresarios que construyeron un conglomerado de compañías de alimentos y bancos en Venezuela y otros países, apoyados por sus relaciones con el chavismo.
Una persona consultada ha dicho que como gesto de buena voluntad ante la Corte Penal Internacional, el Gobierno de Nicolás Maduro debe poner freno a las actividades ilegales de Martín en Venezuela.
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