Por Karem Galvez
Enrique Alvarado fue funcionario de alto nivel del segundo Gobierno del expresidente de Venezuela Rafael Caldera (1994 – 1999), antes de la llegada de Hugo Chávez al poder, siendo entonces Director de la Presidencia. Previamente, durante 16 años había sido jefe de prensa del exmandatario.
Durante esa etapa Alvarado fue relacionado con hechos de presunta corrupción. El funcionario fue muy vinculado a Juan José Caldera, un hijo del expresidente al que algunos venezolanos apodaron “el pimentón” por participar supuestamente en diferentes “guisos” o hechos en detrimento del erario público.
Abierto simpatizante de la oposición venezolana, Alvarado logró que Juan Guaidó lo designara embajador de Venezuela en Hungría, luego que el líder opositor se proclamara a sí mismo como presidente de un “Gobierno interino” qué fue reconocido por decenas de países.
Hoy algunos identifican también a Alvarado como un operador del “Gobierno interino” de Guaidó en el reclamo que este mantiene en Londres, de reservas de lingotes de oro venezolanos depositados en las bóvedas del Banco de Inglaterra, por el que el “Gobierno interino” se ha enfrentado en cortes londinenses con representantes del Gobierno de Nicolás Maduro. Alvarado dedicaría parte de su tiempo a la recuperación del oro, pues tendría parte encargada parte de la recuperación de activos de Venezuela en otros países.
La designación de Enrique Alvarado como representante diplomático de Juan Guaidó en Hungría, para muchos pasó por debajo de la mesa, pero para otros no.
Alvarado ha aparecido vinculado también con “boligarcas” y sus empresas, que ocultaron dinero expoliado a Petróleos de Venezuela, SA (PDVSA) de distintas maneras, en varios casos a través de cuentas cifradas y paraísos fiscales en Europa.
Enrique Alvarado, exmiembro del partido COPEI, del que también formó parte el expresidente Caldera, quiso hacer una gracia y le salió una morisqueta cuando intentó dejar mal a Venezuela ante Chile.
Una de las peores desventuras del “chiripero”, como fueron conocidos los simpatizantes del expresidente Caldera y la decadencia de la llamada Cuarta República fue según algunas reseñas en línea “el autodenominado “Doctor” Enrique Alvarado quien se destaca por su extenso, pero triste currículo”.
En la red se leen otras historias como estas, acerca del hoy “diplomático”.
“Desde el caso Samana que representó un importante desfalco a la nación y perpetró junto a su entonces vecino, el empresario Adrian Kupferschmied durante el gobierno de Rafael Caldera, hasta casos de pedidas ilegales de dinero de los cuales han sido victimas banqueros, ex funcionarios, compañeros de partido y empresarios corruptos. Todos son captados a través de ollas y luego les exigen dinero en nombre de dirigentes que nunca reciben las cuantiosas sumas.
La impudicia es tal que hasta el propio Andrés Caldera, hijo del difunto presidente y otros ex ministros, han sido blanco de las pedidas de dinero de Alvarado.
La última de Alvarado fue colearse en una gira de la derecha en Chile financiado por un empresario vinculado al mundo de la construcción. En el evento al que asistió Antonio Ledezma, se formó una tángana cuando por órdenes directas de la cancillería chilena no se le permitió la entrada a quien no solo quedó mal para el Facebook, sino descalzo ante sus financistas.
En 2018 se supo que Nervis Villalobos declaró ante la justicia internacional haber pagado 150.000$ en honorarios para que el ex Copeyano le asesorara en la creación de una estructura que le permitiera negociar desde España insumos eléctricos con sobreprecio en Venezuela.
Alvarado se presenta internacionalmente como Vice Presidente del Diario El Nacional, aunque no figura en la directiva del periódico venezolano y al parecer que han tenido que desautorizarlo en algunas de sus gestiones inspiradas en restablecer, corrupción o engaño de entremés, las glorias pasadas.”
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