Por Carlos Crespo
armando.info
El abogado venezolano Gustavo Mirabal Castro, señalado por distintas versiones como presunto testaferro del extesorero nacional, Alejandro Andrade, se apresuró a mudarse a Dubai desde Madrid apenas se enteró de la disposición del también exmilitar a someterse a las autoridades de Estados Unidos. Para esa peregrinación, Mirabal debió soltar lastre, así que hizo cambiar de manos un superyate que en 2016 se había comprado a través de una offshore, y pasó su residencia en el suntuoso barrio de La Moraleja al crack del Real Madrid.
Una mansión de tres plantas en uno de los barrios más tradicionales y ostentosos de Madrid, un superyate valorado en 7,6 millones de dólares, caballos de competencia y obras de arte, son algunos de los lujos que el abogado venezolano Gustavo Mirabal Castro se dio mientras vivía en la capital española. Esa estadía llegó a su fin en octubre de 2019 con la venta de su inmenso chalet que, a través de una inmobiliaria, pasó a las manos del futbolista croata Luka Modric, astro del Real Madrid, quien pagó más de 13 millones de dólares por la vivienda, según reseñas de la prensa deportiva española.
Documentos provenientes de los Papeles de Pandora, una masiva filtración de 11,9 millones de archivos financieros, recibida y procesada por el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ, por sus siglas en inglés) en la que participa Armando.info entre 150 medios de todo el mundo, revelan que Mirabal Castro se valió de la offshore Lisal Enterprises Limited, registrada en las Islas Vírgenes Británicas, para comprar el yate Sanoo a finales de 2016.
Los registros inmobiliarios de la capital española, entretanto, muestran que años después, el 3 de octubre de 2019, Modric, el mejor jugador de la más reciente Copa del Mundo en Rusia, compró la mansión de Mirabal.
Mirabal Castro, un exempleado del desaparecido Banco Industrial de Venezuela (BIV), y muy cercano al expresidente de esa institución, Leonardo González Dellán —sancionado por Estados Unidos en 2019 por presunto lavado de dinero—, fue acusado por su propia hermana de ser uno de los presuntos testaferros del extesorero nacional de Venezuela, Alejandro Andrade, condenado este último a 10 años de prisión en noviembre de 2018 por un tribunal en Florida, bajo cargos relacionados con blanqueo de capitales por un monto superior a los 1.000 millones de dólares.
La casa está ubicada en el barrio La Moraleja, una exclusiva urbanización al norte de la capital que cuenta con dos de las 10 calles más caras para la compra de viviendas en toda España, de acuerdo con un trabajo del diario El País. En esta urbanización tuvo su mansión el fallecido exdictador venezolano Marcos Pérez Jiménez, que tras ser derrocado en 1958 huyó con un botín que le permitió comprar esta propiedad, que, por cierto, fue vendida en 2015 por 12 millones de euros, más de 13 millones de dólares.
Los rincones y detalles de la casa que terminó en manos de Modric se conocieron antes de la transacción gracias a la esposa del abogado, Carolina Chapellín de Mirabal. La exconcursante del Miss Venezuela dio en 2016 una extensa entrevista a la revista Love en la que mostró cada rincón de la enorme propiedad de tres plantas de 1.756 metros cuadrados, construida sobre un terreno de 10.000 metros cuadrados. Identificada como una socialité por la revista del corazón, la exmodelo venezolana habló en la nota sobre su labor como decoradora de la enorme casa, enseñó su guardarropas con zapatos y ropa de lujo, la sala de cine con butacas para 18 personas que está en el sótano, las obras de arte contemporáneo que ocupan sus paredes, un gimnasio completo, un jardín con piscina y un garaje con 10 puestos para autos.
Señaló que ella y su marido salieron del país por “la situación de Venezuela” en 2009 y que decidieron irse de Florida en 2015 —poco después de que iniciaran los rumores de que Andrade estaba colaborando con la justicia estadounidense, como en efecto ocurría— porque en Europa están la principales competiciones de caballos, la principal afición de Mirabal. “Sus caballos ahora están en una finca privada”, detalló la publicación.
Una offshore para un yate
A finales de septiembre de 2016, un total de 125 yates, valorados en más de 3.000 millones de dólares, atracaron en el exclusivo Port Hercules para participar en el Monaco Yacht Show. Entre las embarcaciones que se exhibieron en el principado monegasco, uno de los destinos predilectos de las grandes fortunas europeas, estaba el superyate de 40 metros de eslora Sanoo, valorado en ese momento en 7,6 millones de dólares y construido en 2005 por la compañía italiana CNR. Su diseño atrajo la atención de algunos portales especializados que lo situaron entre las 10 mejores embarcaciones de estilo deportivo del evento.
Los documentos de los Pandora Papers demuestran que el bufete panameño Alemán, Cordero, Galindo & Lee (Alcogal), encargado de incorporar y manejar Lisal Enterprises Limited, siguió las instrucciones de Mirabal Castro de otorgarle un poder para que pudiera comprar el yate en noviembre de ese año. La embarcación, que en la actualidad se llama Bunker, cuenta con tres cubiertas y cinco habitaciones en la que pueden dormir hasta 12 personas.
En una de sus cubiertas los invitados encuentran tumbonas de playa, lujosos muebles y hasta un jacuzzi. También disponen de “juguetes” y equipos para practicar deportes acuáticos. Entre ellos destaca una tabla flotante que es propulsada por agua a presión, una moto de agua y una embarcación pequeña, conocida como jet tender, que va dentro de un garaje en la popa del yate y que puede superar los 100 kilómetros por hora, lo que permite, por ejemplo, practicar esquí acuático.
Los documentos filtrados indican que, además del poder otorgado a Mirabal Castro en noviembre de 2016 para comprar la embarcación, el 16 de diciembre de ese año Alcogal envió otra comunicación, firmada por Edgardo E. Díaz y Fernando A. Gil, dos abogados del bufete que actúan como directores de la offshore, hasta una dirección en las Islas Caimán. En el paquete se adjunta el “nombramiento de una persona autorizada”, a favor de Richard Rich y Carolyne Connor, integrantes de una empresa llamada Pensum LTD, con sede en las Islas Caimán, especializada en el manejo de la propiedad y las operaciones relacionadas con embarcaciones.
Este tipo de autorizaciones se otorgan por un lapso corto para procesar el registro de un barco. En el caso de Bunker, el yate posee la bandera de las Islas Caimán, una de las predilectas en el mundo por las ventajas fiscales y facilidades de registro que ofrece. El 21 de septiembre, Armando.info envió un cuestionario al correo electrónico de Pensum LTD para obtener más detalles de esta operación, pero no se obtuvo respuesta hasta la fecha de publicación de esta nota.
iento de despachos especializados como Alemán Cordero & Galindo”, señala el diario citando un informe policial.
Armando.info envió un cuestionario el 21 de septiembre solicitando precisiones al bufete Alcogal sobre la actividad de la empresa de Mirabal, pero no se obtuvo respuesta hasta la publicación de esta nota. En una respuesta general al ICIJ fechada el 13 de septiembre, el bufete dio respuesta sobre algunos casos de las filtraciones, mientras que en otros alegó que no podía dar información por motivos legales.
A la sombra de ‘El Tuerto’
El camino que recorrió Mirabal desde que salió de Venezuela, hace más de 10 años, está muy asociado a Leonardo González Dellán, sancionado por Estados Unidos en enero de 2019 bajo acusaciones de servir de testaferro a El Tuerto Andrade, mote con el que Hugo Chávez solía llamar al extesorero, un militar retirado que antes fue su guardaespaldas. “González administraba cuentas bancarias asociadas con Andrade, y poseía y controlaba empresas para administrar la riqueza corrupta de Andrade y comprar propiedades y caballos para Andrade”, señala la nota de prensa del Departamento del Tesoro que informa de la sanción al venezolano. De acuerdo a la entidad estadounidense, González Dellán, junto a los empresarios Raúl Gorrín y Gustavo Perdomo, pagaba gastos del extesorero “relacionados con numerosos aviones y yates”.
Dos fuentes, que conocieron a Mirabal cuando vivía en Caracas, coincidieron en señalar que este y González Dellán, su antiguo jefe en el BIV, hacían reuniones de negocios en el restaurante Alto, en Los Palos Grandes, una urbanización de clase media y alta en el noreste de la ciudad. Un boletín de propiedad industrial del 10 de noviembre de 2008 del Ministerio de Industrias y Comercio indica que Leonardo González Dellán solicitó la reserva del nombre comercial Alto Restaurant en esa fecha. “Ese local es de ellos. Ahí se reunían, muchas veces con gente del gobierno”, indicó una fuente que pidió la reserva de su nombre.
Andrade y Mirabal compartían la pasión por la hípica y ambos tenían fincas de caballos en Wellington, la meca estadounidense de la equitación, en Florida. Emanuel Andrade, hijo del extesorero, es jinete y ambas familias coincidieron en muchos eventos ecuestres en Estados Unidos. También compartieron firmas para la administración de sus empresas en Florida. Integrantes del bufete González & Shenkman, como Francisco J. González, y de la firma Froehlich & De La Rúa, como Beatriz de La Rúa, aparecen en el registro de Florida en la empresa Farm G&C, Inc, una compañía de Mirabal. González & Shenkman también fue la firma encargada de administrar Telsey Properties Holding LLC, la corporación a través de la cuál Andrade manejaba sus propiedades, mientras que de la Rúa fue la primera directora de esta compañía en 2012.
Esta combinación de firmas, con los nombres de Francisco J. González y Beatriz de la Rúa, se repetirá en Doble A Management, LLC; Doble A Farm, LLC y Malabar Management LLC, empresas cuyos activos y cuentas bancarias fueron confiscadas por las autoridades estadounidenses en el juicio contra Andrade. Al extesorero venezolano le fueron incautados 13 vehículos de alta gama, 17 caballos, 35 relojes de lujo y nueve cuentas bancarias en Estados Unidos y en Suiza, todas a nombre de estas empresas. El 22 de septiembre Armando.info envió un cuestionario a estas dos firmas sin obtener respuesta hasta la fecha de publicación de este trabajo.
Wellington Property Holding LLC., otra empresa de Mirabal registrada en Florida el 10 de mayo de 2009, hacía las veces dueña de la propiedad de G&C Farm, la granja de caballos del abogado venezolano en Florida, con de 4,11 acres (más de 16.000 metros cuadrados) de superficie, valorada en 11,9 millones de dólares de acuerdo con páginas especializadas en bienes raíces.
En 2014, como lo indica El País de España, corrían rumores sobre la colaboración de Andrade con la justicia norteamericana. Poco después, en agosto de 2015, Mirabal completaba su mudanza a Madrid, en donde compró su lujosa mansión en La Moraleja.
De acuerdo con el portal floridaparcels.com en 2015 la granja de caballos de Mirabal en Wellington cambió de dueño y pasó a ser propiedad de una empresa de nombre Wellington Property Owner LLC, cuyo director es Neil Moffitt, otro empresario con inversiones en caballos. En 2016 Mirabal disolvió las dos empresas de Florida y, de acuerdo con los registros migratorios de ese país, no ha vuelto a Estados Unidos desde 2017, el año en que Andrade se declaró culpable. En 2019 siguió su desplazamiento hacia el oriente, presionado por informaciones de prensa que indican que las autoridades norteamericanas le seguían la pista, y vendió su mansión en Madrid y el yate que compró mientras estaba en España. Ahora, según los portales que el mismo Mirabal creó para promocionarse y limpiar su imagen en internet, maneja todos sus negocios desde el Centro Financiero Internacional de Dubai.
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