Hermágoras González Polanco, el narcotraficante colombiano que se convirtió en amigo de políticos, empresarios, militares y policías en Venezuela

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Cocky de la Torre
La Torre de Venezuela

Hermágoras González Polanco es un narcotraficante nacido en Maicao, Colombia, en 1959. Conocido con los alias de “El Gordito González” o “Armando González Apushana”, ha sido líder del Cartel de La Guajira, y responsable de grandes cargamentos de droga que han pasado por Venezuela.

González fue miembro del Frente Contrainsurgencia Wayuú del Bloque Norte de las AUC. Junto a su socio, el narcotraficante Salomón Camacho Mora fue acusado por el gobierno estadounidense de enviar varias toneladas de cocaína desde Colombia y Venezuela, vía República Dominicana con destino a los Estados Unidos incluyendo 9 toneladas del alcaloide entre los años 1999 y 2000.

También fue acusado de proveer armas importadas del mercado negro europeo para las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), organización de la que también fue miembro.

El narcotraficante ha sido señalado también de tener vínculos con dirigentes políticos, militares y empresarios, uno de ellos el Mayor General venezolano Cliver Alcalá, contra quien la DEA había ofrecido una recompensa de $10 millones, pero que decidió entregarse en Colombia a las autoridades estadounidenses, para su extradición a los Estados Unidos, donde ya fueron presentados cargos en su contra por narcotráfico.

En 2012 Cliver Alcalá celebró su boda con Marta González, sobrina de Hermágoras González Polanco, quien fue arrestado en 2008 en un operativo antidrogas en Venezuela. Alcalá y Marta González celebraron una boda civil con un ritual típico de una princesa indígena de La Guajira, departamento colombiano en el mar Caribe que limita con Venezuela.

Clíver Alcalá es hermano de Carlos Alcalá, otro alto militar en situación de retiro. Según algunas menciones en la Internet, ambos desarrollaron una relación con el empresario Vittorio De Stefano, que se cree los llevaron a convertirse inclusive en inversionistas en los proyectos de De Stefano en Curaçao, entre los que se cuentan una universidad, un hotel, una marina y empresas contratistas de la refinería de Curaçao. Ambos hermanos estuvieron arropados por la sombra de dudas que cayó sobre muchos militares a los que, fuese o no su caso, organizaciones del narcotráfico convirtieron en adinerados. En la Antilla holandesa De Stefano y los Alcalá son sorprendentemente sinónimos de respeto y les serían guardados privilegios que tantos otros ciudadanos de bien no poseen.

Antes de 2012, Hermágoras González contaba con permiso de porte de armas expedido por el Ministerio de la Defensa de Venezuela y con documentación que lo acreditaba como oficial de inteligencia de la Guardia Nacional de Venezuela.

Acerca del tema, Marco Ferreira Torres, un antiguamente General de Brigada de la Guardia Nacional venezolana, rebautizada por el expresidente Hugo Chávez como la Guardia Nacional Bolivariana (GNB), ha señalado.

Uno de los casos emblemáticos de la relación gobierno-narcotráfico en Venezuela, es el del narcotraficante colombo-venezolano Hermágoras González Polanco, alias “El Gordito”, detenido en la zona del sur del lago de Maracaibo el 9 de marzo del 2008, quien fue acusado de traficar con armas y de estar vinculado con grupos paramilitares colombianos. Si embargo, vale la pena recordar, que ya en el año 2004, había sido noticia tal como se reseña a continuación.

Este individuo, a pesar de estar siendo solicitado por el Departamento de Estado norteamericano, se desplazaba libremente por Venezuela portando armas con permisos expedidos por la Dirección de Armamento de las Fuerzas Armadas y firmados por su entonces Director, el General del Ejército Gustavo Rangel Briceño, al igual que credenciales de Comisario de la DISIP y de la Guardia Nacional, mientras que su personalidad de seguridad poseían carnets de inteligencia como agentes. Dichos carnets fueron firmados por el director de la DISIP Coronel Miguel Rodríguez Torres y el General de Brigada Alexis Maneiro Gómez.

Esto se pudo comprobar fehacientemente el 22 de enero del 2004, cuando fue retenido temporalmente por efectivos de la Policía del Estado Zulia y miembros de la DISIP. Las armas que portaban tenían permisos legalmente expedidos a pesar que entre ellas habían armas de guerra, para las cuales no se expide este tipo de porte de armas. A todas las personas involucradas, se les dejó en libertad en extrañas circunstancias, luego que la comisión actuante fuera presionada por todos los jefes policiales y militares de la zona.

Dias después, el 10 de febrero, es asesinado Eudo González Polanco, quien según informe de la Casa Blanca al Congreso de Estados Unidos, tenía cargos de narcotráfico en un tribunal de Virginia y que junto a su hermano Hermágoras, pertenecía al cártel de La Guajira. Los victimarios del hermano de Hermágoras eran funcionarios del Cuerpo de Investigaciones Científicas Penales y Crimalisticas (Cicpc), la Brigada de Acciones Especiales del Cicpc (BAE) y la Dirección de los Servicios de Inteligencia y Prevención (Disip), quienes lo sorprendieron junto a sus guardaespaldas y obreros en su finca, dando muerte además a otras seis personas, entre las que se encontraba la cocinera de la finca en avanzado estado de embarazo.

La acción fue calificada como un enfrentamiento contra peligrosos delincuentes, pero localmente causó extrañeza tal aseveración porque González Polanco gozaba del aprecio de los PTJ de la región, inclusive, les prestaba su finca para que los funcionarios de la seccional de Bejuma realizaran la fiesta de fin de año.

Según versiones de prensa, los hermanos González Polanco contaban entre sus socios estratégicos al ex senador colombiano Samuel Santander López Sierra, alias “El hombre Marlboro”, extraditado a Estados Unidos. El Cártel de la Guajira aun opera en la frontera norte de Venezuela con Colombia y se le atribuye el envío de varias toneladas anuales de cocaína a Estados Unidos y operaciones de tráfico de armas desde Europa a través de Venezuela para los escuadrones paramilitares colombianos. También se ha mencionado que, Hermágoras González, exportaba cocaína en las centinas de los buques de PDVSA en complicidad con gerentes de la empresa y por vía terrestre en camiones de combustible hasta el estado Bolívar, donde era transferida a embarcaciones que salían por el río Orinoco con destino a las Antillas, Europa y Africa. Estaba relacionado con actividades de “narcolavado” en República Dominicana, en las que se involucró el General de División Francisco Belisario Landis mediante operaciones de compra de arroz con destino a Mercal y la asignación de contratos a empresas de narcotraficantes para la realización de obras deportivas en Venezuela, por lo que González tiene procesos pendientes ante cortes de Nueva York y Nueva Jersey donde fue acusado de “narcolavado y narcotráfico”. Además, es fugitivo de Colombia desde 2002 por cargos que también lo vinculan a un asesinato.

Mas de cuatro años después de su primera detención, en el 2008 es detenido en su finca y la fiscal 15° del estado Zulia, Amalia Josefina Rodríguez, lo acusó junto a otras dos personas por presuntamente incurrir en los delitos de posesión y ocultamiento de armas de guerra, porte ilícito de arma, agavillamiento, conformación de grupos armados y uso de documento falso, todos previstos en el Código Penal vigente para la fecha, cargos por los que debió ser acusado en el 2004 cuando fue detenido inicialmente.

Durante todos esos años nunca se intentó detenerle, ni siquiera cuando asistió al entierro de su hermano, hecho que motivó que se alertara de su presencia y el de muchas personas vinculadas al narcotráfico. Por el contrario, continuaba operando abiertamente, delatando las operaciones de carteles rivales, a los que la Guardia Nacional iba desmantelando mientras se fortalecía la organización de González. De esta forma, la gestión del General Alexis Maneiro Gomez en el oriente del país resultó exitosa en su “lucha contra el narcotráfico” .

Tan inusual fórmula fue detectada por el periodista Mauro Marcano, quien se dedicó a denunciar algunos de los detalles que las autoridades venezolanas no “podían ver” a pesar que insistiera sobre ellos, tales como la aparición de credenciales de la GN y la DISIP en posesión de los asesinados en Bejuma, la reiterada vinculación del General Maneiro con los hermanos González Polanco y el denominado “Cartel del sol” en el cual operan presuntamente militares. Mauro Marcano fue asesinado poco antes de publicar un reportaje titulado “El cártel de los soles”, en clara referencia a oficiales de alto rango que tienen como distintivo un sol.

Luego de la detención de este narcotraficante, quien indudablemente debe tener mucha información sobre la forma en que, sin esconderse vivió apaciblemente en Venezuela mientras toneladas de cocaína salían del país por cuenta de su organización, el ministro del Interior Ramón Rodríguez Chacín convocó a una rueda de prensa en la que anunció que González Polanco no sería extraditado y que sería enjuiciado en Venezuela por sus delitos.

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