Víctor Vargas, el banquero que se zambulle en lujos pero que no puede pagarle a los ahorristas de sus bancos

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El banquero venezolano Víctor Vargas carece de liquidez para salvar sus bancos en Curazao, Panamá y Antigua, y devolverle los ahorros a sus miles de compatriotas cuentahabientes. No obstante, Vargas se ha permitido acudir al bufete de abogados Hogan Lovells en los Estados Unidos para lidiar con posibles medidas de las autoridades estadounidenses en su contra. El banquero, vinculado al chavismo en su país, tiene también un record de presiones y amenazas a periodistas que reportan acerca de sus opacos negocios.

Según un reporte del periodista Casto Ocando en el site Primer Informe, Vargas luce acorralado y su única estrategia consiste en negarlo todo. Todo comenzó con el Orinoco Bank N.V., un banco cuya sede principal se encontraba en un maloliente callejón de Punda, en el centro de Willemstad en Curazao.

Ocando señala: Visité personalmente el banco para tratar de conocer su operación, pero no me permitieron el acceso. Sin embargo pude hablar con una empleada local que me confirmó los vínculos de esa entidad con el Banco Occidental de Descuento (BOD).

Desde 2015 recibí el testimonio de personas que llevaban meses tratando de sacar su dinero del banco, sin éxito. Uno de ellos había logrado que le enviaran $5,000 a una cuenta en Bank of America de Miami, gracias al contacto con una empleada del BOD en Venezuela, pero no había logrado sacar el resto, unos $25,000, que constituían los ahorros de toda su vida.

Los denunciantes, que vivían en Venezuela, me pidieron mantener la información confidencial por temor a ser identificados y ser objeto de represalias. Muchos ahorristas de este y otros bancos vinculados a BOD, como el BOI Bank de Antigua-Barbuda, se envalentonaron y conformaron una asociación (Víctimas y Acreedores de los bancos BOI Bank y Banco del Orinoco N.V.) para reclamar su dinero, luego de numerosos intentos a través de reuniones, cartas y mensajes dirigidas al BOD durante dos años que resultaron infructuosos.

“Todas las víctimas quedaron sin la posibilidad de obtener sus ahorros porque el banco se los niega”, declaró el vocero de la asociación, el veterano abogado José Luis Alcalá, conocido por denunciar a los responsables del famoso caso de La Vuelta, en Maracaibo (Venezuela), un esquema estilo Ponzi que afectó a muchos trabajadores de Pdvsa y pequeños inversionistas zulianos. ¿Qué tenían en común las operaciones de captación de dólares del BOD y de la Vuelta? Ambos ofrecían exorbitantes intereses, muy por encima del mercado.

Tras constantes denuncias de los afectados, Vargas negó problemas en su banco curazoleño y atribuyó todo a una perversa campaña en su contra. Hasta que se produjo la intervención del banco por parte de la principal autoridad de control bancario en Curazao.

Como consecuencia de la crisis en Orinoco Bank N.V. y su repentina disolución, vino el anuncio de la intervención en Panamá de otro banco en el portafolio del BOD: AllBank. La reacción de Vargas fue negar que el BOD tuviera relación alguna con esa entidad panameña, pese a haber él mismo anunciado públicamente su fundación en 2012, con una inversión de $13.4 millones., y haber declarado que “hoy (en 2012) más del 30% del flujo comercial de Panamá ocurre con Venezuela, lo cual es la razón de por qué el Grupo Financiero B.O.D. está presente a través de Allbank”.

Poco importa si las medidas anunciadas en Caracas, Willemstad y Panamá son medidas administrativas, temporales o no. El problema no es semántico, sino estructural, con implicaciones en Estados Unidos.

Las operaciones del BOD han estado bajo observación tan cercana en Washington que el Departamento del Tesoro bloqueó el mismo día del anuncio de su intervención por parte de la Superintendencia de Bancos de Venezuela (Sudeban), las transacciones de firmas norteamericanas con el BOD, según reveló una notificación de VISA Inc. a la cual tuve acceso en exclusiva.

Es posible que se trate de un procedimiento standard, que suele suspenderse una vez que concluya la medida de intervención anunciada por Sudeban, y las operaciones vuelvan a la normalidad.

Pero Vargas ha estado en la mirada de Washington desde antes de la llegada de Chávez al poder. En la década de los 80, Vargas adquirió el 21% de un banco en Nueva York, el Capital Bank Corp., que luego fue cerrado bajo acusaciones de fraude. Aunque Vargas no fue acusado de actuar fraudulentamente, fue señalado de haber mentido cuando se enteró de las operaciones fraudulentas.

El banquero, evejecido con la FaceApp. ¿Lucirá así en el futuro?

Tuvo que pagar una multa de $1.15 millones y firmó un acuerdo donde sin admitir ninguna responsabilidad penal, se comprometió a no implicarse en inversiones bancarias sin un permiso por escrito de las autoridades norteamericanas. En 2008, Vargas fue mencionado en informes diplomáticos en relación al caso de las Notas Estructuradas.

Según un cable del Departamento de Estado publicado por Wikileaks con fecha 28 de julio, Vargas participó intensamente y se benefició del famoso proceso de emisión de Notas Estructuradas. Pero una presunta disputa con el operador Moris Beracha (en ese momento un “influyente individuo vinculado al gobierno bolivariano”, según el cable) lo convirtió en un “target” de una medida de Sudeban destinada a atacar particularmente al banquero.

(La medida de Sudeban consistió en obligar a los bancos receptores de notas estructuradas a deshacerse de esos papeles en un plazo de 90 días, lo cual obligaba a poseedores de las notas, entre ellos Vargas, a vender incluso a descuento).

Es llamativa, sin embargo, una nota entre paréntesis de ese cable que deja abierta la posibilidad de que Vargas hubiese participado en transacciones potencialmente cuestionables a los ojos de los gringos: “El gobierno bolivariano de Venezuela vendió esos bienes (notas estructuradas) para favorecer bancos con un descuento, y según afirman muchos observadores, a cambio de sobornos. Vargas, de quien se dice se benefició de estos negocios, es un banquero cuya buena estrella se ha proyectado durante la presidencia de Chávez”, indicó la nota firmada por el entonces embajador en Caracas Patrick Duddy.

Los rumores de que el principal problema de Vargas es un gigantesco “hueco fiscal” de hasta $1,000 millones, no pudieron ser confirmados. Pero una mirada al estilo de vida que Vargas desarrolló principalmente a partir de 2007 en adelante, dan una idea de los costos del banquero para mantener a flote su extraordinario tren de vida.

Ya no tiene propiedades en Estados Unidos, luego que decidió venderlas (un apartamento en Manhattan, una mansión en Palm Beach y una finca para caballos de polo en Wellington, Florida) a partir de 2014, cuando le fue revocada su visa. Pero tiene otras propiedades tanto o más costosas en otros países.

En República Dominicana, tiene la Villa La Serenísima, en Casa de Campo, comprada al empresario Gustavo Cisneros; una finca en Benerito, con 24 caballos de polo y una cancha; y el yate Rompemar de 90 pies de largo, de fabricación italiana. En Venezuela posee la finca Agualinda, en Tucacas, donde tiene ganado, caballos de polo y su propia cancha de polo “sin igual en el país”, según la fuente.

Es propietario de la Villa La Tenería en los Chorros, adquirida a la familia González-Gorrondona, de 15,000 metros cuadrados. También la quinta San Judas en la avenida principal del Country Club. En materia de transporte marítimo y aéreo los gustos no son recatados. Posee el yate Ronin, de 191 pies de eslora, que compró a Larry Ellison, fundador de Oracle.

Ha sido propietario de varios aviones, entre ellos un Gulfstream GV, un Challenger y un Lear Jet. Y de al menos tres helicópteros en Venezuela, uno de ellos un Augusta Turbo.

Entre gastos de mantenimiento, impuestos, seguros, tripulaciones, personal de servicio, jugadores de polo, servidumbre, gasolina, viáticos, derechos de aterrizaje y atracamiento (en puertos) y un equipo de seguridad que algunas fuentes estiman en 100 personas en varios turnos, el costo de la vida diaria de Vargas es exorbitante y multimillonario.

Por ahora, el banquero cuya estrella de “suerte” le acompañó durante años, se mueve “apelando a sus amistades y contactos” para ganar tiempo y encontrar dinero como cubrir el dinero que no aparece en los saldos de los cuentahabientes. Entretanto, se prepara para una potencial batalla legal con las autoridades norteamericanas, para lo cual contrató los servicios del bufete de Washington Hogan Lovells.

Según fuentes federales que he consultado, la fiscalía federal de Houston ha mostrado interés en Víctor Vargas. Incluso se han producido intentos de establecer una relación directa sin intermediarios, pero el banquero se ha negado aduciendo que nunca cometió ningún tipo de irregularidades ni en Venezuela ni en Estados Unidos relacionada al BOD. El desenlace de esta historia

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