La del “protector” fue una figura creada por el chavismo en Venezuela para asignar una autoridad paralela en aquellos municipios y provincias en los que gobierna la oposición. Uno de esos municipios es Urbaneja, cuya ciudad principal, Lechería, en la zona oriental del país petrolero, cuenta con un alcalde, miembro de la oposición: Manuel Ferreira, pero también con un “protector”: el chavista Fiodar Acosta, miembro de la dirección regional del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV).
Pero al parecer las cosas en Lechería no son color de rosa, pues en los últimos días han surgido denuncias contra el “protector” Fiodar Acosta, al que ciudadanos acusan de tener azotados a los comercios, cobrándoles una especie de impuesto o “vacuna” por “protegerlos” y prestarles seguridad, así como para permitirles a algunos automercados expender licores hasta altas horas de la madrugada y a sus clientes consumir bebidas al frente de los comercios, como si éstos fueran bares o discotecas a cielo abierto.

Según personas con conocimiento de la situación, existen algunas discotecas a las que les permiten funcionar hasta las 6 a.m., cuando lo correcto es que a más tardar a las 2 a.m. deberían cerrar sus puertas. Esto ha traído un profundo malestar en algunos sectores, ya que los vecinos se quejan del ruido y de las peleas que se generan en estos lugares.
Expresan que “como buen revolucionario pitiyanqui, Fiodar cobra las “Prote” en dólares contantes y sonantes ya que los bolívares son para las comunas”. Dicen que “lo extraño de todo es que el alcalde Manuel Ferreira no se pronuncia al respecto y menos aún actúa contra los desmanes de Fiodar”.
Exigen al PSUV fijar posición ante el denunciado caso.
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