El Ring de Prensa América @AmericaPrensa, 07 de agosto de 2019 | Venezuela
Alex Saab ahora es venezolano y residente del exclusivo Caracas Country Club.
Cuando Saab decidió levantar una exótica y lujosa mansión con dinero del gobierno venezolano, algo llamó la atención de las autoridades de su país de origen. Ahora a partir de ese momento se convirtió en objetivo de la policía de Colombia.
En revancha por el desplante que personal de un exclusivo club de la Costa colombiana le hizo, al impedirle la entrada y hacer trizas su credencial, el empresario Alex Saab decidió levantar una exótica y lujosa mansión en Barranquilla, Colombia. Demolió 5 casas en el exclusivo barrio El Golf, importó mármol para sus pisos e instaló dos canchas de tenis con suelo de arcilla, zona húmeda y dispositivos de seguridad. Aunque menos conocida, la pregunta que algunos se hacen es si su mansión en Caracas es similar.
No sirvió de nada que allegados y sus abogados le pidieran mantenerse bajo perfil, después de que la ex-fiscal venezolana en exilio, Luisa Ortega Díaz, lo graduó de testaferro de la fortuna oculta del presidente de Venezuela, Nicolás Maduro. No obstante algunas referencias señalan que el dinero de Saab también ha servido en distintos momentos para acallar las denuncias de Ortega.
Ese año, 2017, además de terminar la mansión – valorada en 23.000 millones de pesos (7,5 millones de dólares) por autoridades, y en solo 12.000 millones (4 millones de dólares) por sus allegados –, Saab siguió ejecutando el millonario contrato de suministro de alimentos para los más pobres de Venezuela, a través de los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (Clap), por lo que recientemente fue incluido en la lista de la OFAC.
Además, hizo 132 viajes, algunos con el pasaporte diplomático – posteriormente anulado – que le dio Antigua y Barbuda, y empezó a amenazar con demanda a quienes lo señalaban.
Pero, para ese momento, el exclusivo club no era el único inquieto por sus polémicos negocios con el régimen venezolano. Agentes de Estados Unidos, oficiales de Israel, la Procuraduría mexicana y autoridades colombianas también empezaron a esculcar sus cuentas y negocios, y se toparon con varias sorpresas que Saab debía explicar, como su sospechoso financiamiento a la Organización para la Liberación de Palestina.
Actualmente, en su contra hay desde un caso por lavado de activos, por 125 millones de dólares, que cursa en Colombia, hasta un proceso por la reventa de alimentos en mal estado, por un 112 por ciento de su valor, en la que avanza México y varios procesos en USA, donde tres ex-empleados habrían estado testificando contra Saab.

Además, desde 2015 se rastrean sus supuestos nexos con el señalado grupo terrorista Hezbolá y Hamas, grupos con los que también se ha vinculado a Tareck El Aissami. Detalles de esa indagación, así como el caso por lavado, le fueron filtrados meses atrás al entorno de Saab por Eddi Pinto Rua, miembro del Grupo Antiterrorista de la Dijín. El sujeto pidió plata a cambio de entregar datos sobre estas pesquisas, que son de conocimiento de Estados Unidos y de Israel. Las sanciones de Estados Unidos se conocieron recientemente, pero las de Israel aún no.
A pesar de este prontuario, el penalista Abelardo de la Espriella dice que se trata de especulaciones sin fundamento contra su cliente, de quien todavía sigue confiando en su inocencia.
La Dirección Especializada contra el Lavado, de la Fiscalía, y la Dijín de Colombia insisten en indagar sus aparentes vínculos con grupos terroristas.
Si bien Saab insiste en que no hay nada ilegal detrás de sus negocios en Venezuela y Colombia, sus hermanos, Amir y Luis Alberto, y su ex esposa Cynthia Certain Ospina habrían salido del país, cuando el investigador de la Dijín filtró las pesquisas y decidieron huir.
— Circulares azules —
La Fiscalía colombiana evalúa acusarlos y declararlos en contumacia (reos ausentes), para que la Interpol los ubique con circulares azules.
Todos están vinculados a Shatex S. A., una empresa de confección de ropa registrada en 1998 por la ex esposa de Saab, con un capital de 10 millones de pesos (US$ 3.200).
Según peritos contables, cuando Saab se convirtió en accionista, en diciembre de 2004, la firma empezó a registrar importaciones de fibra sintética y telas, por más de 9.161 millones de pesos (US$ 3.000). Supuestamente, la mercancía venía de Baréin, Corea del Norte, Taiwán, India, China, Hong Kong y Pakistán.
A la vez, empezó a exportar ropa a Australia, Venezuela y Ecuador, por 15.869 millones de pesos (US$ 5.000). Y a recibir supuestos pagos de mercancía, por 16,4 millones de dólares, desde Caracas.
Los dólares preferenciales fueron girados luego a cuentas del Citibank y el HSBC de Panamá, al Bank of India y al JP Morgan de Nueva York, al Washington Mutual y hasta al Leumi de Israel.
Y si bien se podría tratar de un próspero surgimiento empresarial, Bancóldex dejó en evidencia que Myer Stoe, una de las firmas australianas a la que Shatex dijo venderle 410 millones de pesos en mercancía, no recibió siquiera una blusa. El hallazgo se hizo tras una transacción de descuento de facturas.
Y como estas, la Fiscalía y la Dijín hallaron decenas de exportaciones. A demás, la alteración de la contabilidad de Shatex y evidencia de que, estando inactiva fue vendida a Gastón Ureta Ariza, en 2014, porque él lograría que el Gobierno de Venezuela les pagara una jugosa deuda.
¿Para qué quería tantas confecciones Venezuela?
También se encontró la falsificación de la firma del revisor fiscal, Róbinson Díaz, a quien Saab le está pagando abogado, después de que la Fiscalía le imputó concierto para delinquir, enriquecimiento ilícito, exportación o importación ficticia, estafa agravada y lavado. Por esas mismas conductas también fue capturado Devis Mendoza, contador de la firma.
— El rastro por Turquía —
Y, aunque ambos se declararon inocentes, la Fiscalía espera que empiecen a explicar las exportaciones, así como los préstamos a otras firmas vinculadas a los Saab, entre ellas Jacky Millan Home, Jacadi de Colombia y Saafartex, con la que, incluso, participaron en licitaciones con el Ejército. Son chequeadas las panameñas Florida Import & Export, Inversiones Rodime, Rivsa, Venedig Internacional y Techno Energy.
De hecho, se espera que Saab regrese a Colombia y explique ese entramado y el origen del dinero con el que hizo la mansión. Aunque se cree que eso pudiera no suceder, pues ahora Saab y su socio Pulido (Germán Rubio) son ciudadanos venezolanos y no están obligados a declarar en Colombia.
Un rastro sobre el paradero de Saab fue revelado al establecerse que salió en diciembre de 2017 de Colombia rumbo a Berlín. Pero informes señalan que lo han visto en la isla de Antigua –donde tiene un negocio de casas prefabricadas que vende a Caracas– y hasta en Turquía. No obstante, se asegura que el empresario ha viajado desde entonces por distintos países, como España, Italia, Grecia, Turquía, Rusia y China. Actualmente reside en Caracas.
A Turquía y México Saab llevó su negocio de exportaciones de cajas Clap, justo cuando Maduro decidió estrechar lazos con el gobierno turco.
Según registros de exportaciones, empresas ligadas a Saab han comprado alimentos en Guanajuato-México. Los envían por el puerto de Veracruz a Turquía y luego a Caracas. El negocio fue cedido por Group Grand Limited, de Hong Kong, a Mulberry Proje Yatirim A.S, de Estambul, ambas ligadas al venezolano.
Pero los viajes de Saab se restringieron cuando el primer ministro de Antigua, Gaston Browne, cumplió su promesa de revocarle el pasaporte diplomático, si le probaban el lavado de activos.
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