En la imagen, Isabel Pantoja y Francisco Rivera Pérez (“Paquirri”)
Cocky de la Torre
Salvador Salvatierra Salas nació en el estado Carabobo, en Venezuela, en el año 1898. Sus inicios empresariales fueron como comerciante, levantando cadenas de tienda en distintas ciudades de Venezuela, entre las que estaban “La Villa de Caracas” y “La Casa del Niño”.

En el año 1937 formó parte de la creación del Banco Industrial, siendo miembro de su primera directiva. Fue también uno de los fundadores de la Federación Venezolana de Cámaras y Asociaciones de Comercio y Producción (Fedecámaras), en julio de 1944.
En 1946 fundó en Venezuela el Banco Unión y en 1949 se convierte en presidente del Consejo Bancario Nacional, organización que reúne a los representante de los distintos bancos venezolanos.
En su vida personal Salvador Salvatierra Salas tuvo dos matrimonios. El primero, en el año 1934, fue con Anita Quintero Contreras, con quien tuvo cinco hijos, siendo el primogénito de ellos Salvador Ignacio Salvatierra Quintero, más comúnmente conocido como Salvador Salvatierra Quintero, quien fuera luego amigo personal, testaferro y albacea de la herencia del torero español Francisco Rivera Pérez, conocido también como Paquirri, fallecido en 1984 y quien fuera esposo de la cantante Isabel Pantoja.
El nombre de Salvador Salvatierra Quintero figura en la quinta cláusula del testamento de Paquirri:
Quinta cláusula: Nombra albaceas a los señores don Salvador Salvatierra Quintero, don Ramón Vila Jiménez, don Fernando Morán Cabrera, don Agustín Marañón Richi, don Antonio Escámez Márquez.
Les concede las más amplias facultades para hacerse cargo de la herencia del testador, administrarla durante el período de indivisión, hacer cobros y pagos, reclamar cuanto se debiere al otorgante por cualquier causa o motivo, practicar liquidaciones, aceptar o impugnar las que se presenten, retirar dinero de cuentas corrientes, cartillas de ahorro, depósitos u otras operaciones análogas, ejercitar las acciones y derechos que procedieren, pudiendo nombrar letrados y procuradores de los Tribunales, y en general, realizar cuanto sea preciso hasta que los bienes queden en poder de los respectivos herederos.
Salvador Salvatierra Quintero vive hoy en Miami junto a su esposa Marisol.
Volviendo a Salvador Salvatierra Salas, tras quedar viudo, tuvo una segunda boda en los años 50’s con Josefina Palacios Galindo, con quien tendría otros cinco hijos, siendo el primogénito de estos otros, Ignacio Salvatierra Palacios, quien entre los años 80’s y 90’s fue una figura conocida del sector bancario venezolano.

¿Quién es Ignacio Salvatierra Palacios?
Ignacio Salvatierra Palacios es un banquero que fue presidente en Venezuela de los extintos bancos Unibanca e Inverunión. En 2005 fue acusado de los delitos de usura y estafa por fraude procesal en un caso relacionado con el otorgamiento de créditos indexados. Se trataba de créditos que los deudores eran obligados a seguir pagando después de haber sido cancelados en su totalidad.

Inverunión fue una institución financiera privada de capital venezolano especializada en banca comercial. Su base se encontraba en el sector financiero de El Rosal en Caracas, Venezuela. Estaba ubicado en el Estrato Pequeño del ranking bancario según la Superintendencia de las Instituciones del Sector Bancario de Venezuela (SUDEBAN). El presidente de la institución fue el banquero Ignacio Salvatierra Palacios.
La historia del banco se remonta al 7 de febrero de 1997 cuando es registrado Italcambio Banco Comercial. El 8 de mayo del mismo año cambia su nombre a Eurobanco y finalmente adopta su nombre final Inverunión el 31 de julio de 2003. La compañía tuvo además dos filiales, Inverunión Casa de Bolsa e Inverunión Casa de Bolsa Agrícola.
En vista de diversas irregularidades, la junta directiva de SUDEBAN decidió intervenir la institución financiera el día 18 de enero de 2010, liquidándola posteriormente el 6 de abril de 2010, según lo expresado en la Gaceta Oficial de Venezuela N° 39.3971 con lo que este banco cerró sus operaciones.
Quien fuera presidente de la Asociación Bancaria de Venezuela, estaba dedicado en 2018 en un exitoso camino como compositor y productor musical y también dedicaba parte de su tiempo a estudiar música.
Ignacio Salvatierra Palacios ahora vive en Panamá y lanzó el 24 de abril de 2018 su primer disco, que lleva por nombre Inspiraciones. Tiene 16 temas compuestos por él, y en su producción participaron músicos de la talla del maestro del cuatro venezolano Cheo Hurtado y el panameño Oswaldo Ayala, reseñó Tabatha Molina en el Diario Las Américas.

El mismo año planeaba diversificar sus esfuerzos sobre la base de sus conocimientos musicales, la fotografía, la literatura y las nuevas tecnologías y durante los últimos tiempos se ha dedicado a la producción, con miras a llevar de Panamá al exterior a algunos artistas. Estas fueron algunas de las respuestas de Salvatierra en una entrevista ofrecida a Diario Las Américas.
Familiares vinculados al terrorismo financiero y a la corrupción en Venezuela
La historia de la familia Salvatierra es todavía más compleja, pues dos nietas de Salvador Salvatierra Salas formaron hogar con figuras vinculadas al terrorismo financiero en Caracas en los años 90’s, cuando la capital venezolana, en una época políticamente atribulada, se vio sacudida por el estallido de varios artefactos explosivos, incluido un coche bomba en el estacionamiento del Centro Ciudad Comercial Tamanaco (CCCT) en el año 1993, hecho por el que fueron arrestados y cumplieron condena varios implicados. Los esposos de ambas han tenido vinculación también con la corrupción financiera en la etapa política del chavismo en Venezuela.

Una de las nietas del patriarca de la familia reside en República Dominicana junto a su esposo, un corredor financiero vinculado al banco suizo Compagnie Bancaire Helvétique (CBH), a donde se presume han ido a parar algunos dineros de amigos, relacionados y clientes de la familia Salvatierra y a donde ya se conoce que han tenido refugio capitales de “boligarcas” venezolanos, en una intrincada red de operaciones de blanqueo. Personas familiarizadas con el asunto señalan que el mismo financiero tiene intereses en Madrid, donde se ha querellado contra un Ministerio del Ejecutivo nacional español, en reclamo por una fuerte inversión, proceso del que no ha podido salir victorioso.
Parte de los negocios del financiero han consistido en gigantescas operaciones con dineros del Estado venezolano que prometían rendimientos de cientos de millones de dólares, pero en las que siempre han estado presentes evidencias de corrupción y desfalco a las arcas públicas de Venezuela.
Otra de las nietas de Salvador Salvatierra estuvo casada con un venezolano vinculado también al terrorismo en Caracas en 1993, acusado de estar además relacionado al narcotráfico, asunto por el que ha sido investigado, juzgado, condenado y sancionado en varios países. Este otro venezolano se ha fugado de Italia y de otro país europeo, donde estuvo sometido a una libertad vigilada por delitos de narcotráfico internacional. El mismo estuvo asociado a proyectos y negocios de Petróleos de Venezuela S.A. (PDVSA) en Panamá, junto a Luis Marín, quien fuera presidente de la petrolera CITGO en los Estados Unidos, propiedad del Estado venezolano, entre los años 2003 y 2005.
Pese a las acusaciones, el mismo venezolano acusado de narcotráfico pasaría parte de su tiempo en Madrid, dónde ha hecho varias inversiones, parte de éstas producto de negocios con PDVSA en la Venezuela chavista.
La mansión en Miami
El equipo del programa de televisión Socialité, transmitido en España por Telecinco, destapó a finales de 2020 un nuevo escándalo oculto de la herencia de Francisco Rivera Pérez, más conocido como Paquirri, difunto esposo de la cantante Isabel Pantoja; en concreto una mansión secreta en Miami.
Según el programa presentado por María Patiño, Isabel Pantoja habría vendido la propiedad a espaldas de la familia Rivera. Se trataría de un nuevo escándalo en el reparto de la herencia del torero, reseñó La Vanguardia.
Hay que remontarse hasta el momento en el que Paquirri estuvo casado con Carmina Ordóñez. En pleno auge de su carrera, decidió comprar una espectacular mansión en la localidad de Fort Lauderdale, uno de los lugares de retiro de los famosos en Miami. La elección del lugar no fue casual, ya que allí podría estar cerca de su amigo Salvador Ignacio Salvatierra Quintero.
Se trataba de un banquero con el que el diestro tenía una gran amistad debido a que utilizaba su banco para guardar la fortuna que logró amasar en sus giras por América. Esta impresionante casa, según Socialité, habría sido puesta a nombre de la familia Salvatierra para evitar que terminase en manos de Carmen Ordóñez durante el divorcio con Paquirri.
Con este movimiento, el torero pudo salvaguardar uno de sus bienes más preciados y comenzar una nueva vida con Isabel Pantoja. A nombre de la familia siguió hasta que falleció en 1984 en la fatídica tarde de Pozoblanco, producto de una cornada recibida de un toro, momento en el que Isabel se puso en contacto con los banqueros para recuperar el dinero oculto de su marido en una caja fuerte en un banco de Venezuela.
Los Salvatierra accedieron a dárselo con la única condición de que la cantante lo repartiese entre sus tres hijos: Kiko, Francisco y Cayetano. Finalmente, la promesa no se cumplió y ese dinero siempre habría estado en poder de la tonadillera. Pero no sería el único favor que les pediría, ya que años después habría pedido vender esa mansión.
De nuevo, debido a su lealtad a Paquirri, la familia hizo los trámites necesarios para la venta y volvieron a poner como condición que el dinero conseguido se repartiese entre los hijos. Por segunda vez Isabel habría faltado a su palabra y habría utilizado ese dinero conseguido para pagar deudas a espaldas de la familia Rivera.
Aunque se desconoce el precio de venta de la mansión de Paquirri, la zona en la que estaba situada es una de las más exclusivas, siendo el refugio de muchos famosos. Allí se esconden de las miradas indiscretas gracias a los canales que complican los accesos a las viviendas. Actualmente, una casa en la zona podría estar valorada entre 11 y 15 millones de dólares.
El viaje de Pantoja a Venezuela en 1986
En mayo de 1986 Isabel Pantoja viajó a Venezuela, unos días antes de que Juan Moya, repartidor contador de la herencia del torero Francisco Rivera Pérez, más conocido como Paquirri, difunto marido de la cantante, confirmara por vía telefónica al albacea, Ramón Calderón, que la herencia de Paquirri en América estaba solventada.
Según la sección Chic de Libertad Digital, los documentos prometidos serían cantidades bastante elevadas de dinero en cuentas corrientes del Banco Unión que dirigía Salvador Ignacio Salvatierra Quintero, que les recibió y también alojó junto a su familia.
El viaje tuvo que ver con la fortuna que el torero fallecido guardaba en América, una parte oculta de la herencia que Pantoja habría viajado a recuperar.
Ramón Calderón, que ha defendido hasta la saciedad su actuación en el reparto de la herencia, habría acompañado a la tonadillera en el viaje.
Algunos medios han publicado imágenes de una revista del corazón de esa fecha, primavera del 86, que acredita ese viaje relámpago y totalmente inesperado que se prolongó durante cuatro días y en el que puso como excusa una promoción de trabajo y que le habrían servido a Pantoja para «hacerse con el control» de toda la fortuna de Paquirri en Venezuela.
Y para acreditarlo, fotografías que demuestran que en Venezuela fue recibida por Salvador Salvatierra, director del Banco Unión, donde el torero tenía guardado su dinero venezolano, una cantidad cifrada en 731.000 dólares de la época. Salvador Salvatierra sería el administrador de esa cantidad de dinero de Paquirri y quien alojó con su familia a la tonadillera.

Algunos suponen que parte de la herencia de Paquirri permaneció en el banco Unión de Venezuela y otras instituciones financieras, antes de ser repatriada a España de manera oculta, pudiendo quizás no haber quedado en deuda con el fisco español y haber regresado mediante otro tipo de inversiones
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