ANIBAL PEDRIQUE
Armando.info
Poco después de que se suicidara en su celda el multimillonario neoyorkino Jeffrey Epstein se supo que el empresario venezolano Oscar Faría, con múltiples negocios en Estados Unidos, le compró hace años su lujoso jet privado. Pero la fortuna de Faría, casado con la ex Miss Venezuela Veruzhka Ramírez, no comenzó en las tierras del norte sino en Venezuela, de la mano del gobierno revolucionario -entre consejos comunales, el ex gobernador del Táchira y Petróleos de Venezuela- para el que ha trabajado sin pausa y sin tapujos pavimentando carreteras con un producto mezclado que se asemeja al asfalto y fue un negocio redondo
“¿Quién dice que no se puede?”
Así se tituló el libro que a mediados de septiembre publicó la ex reina de belleza venezolana Veruzhka Ramírez sobre su historia de superación. Lo que comenzó como una infancia dedicada al servicio doméstico y con sus padres ausentes mutó en éxito al ganar el certamen Miss Venezuela 1997 —y quedar como primera finalista del Miss Universo 1998— en un ascenso que, hoy sin corona, sigue probando junto a su esposo Oscar Alberto Faría García, un empresario venezolano y neoyorquino de 54 años de edad, con negocios en países de América y África que le permiten una vida acomodada entre Caracas y Doral, el suburbio de Miami virtualmente colonizado por venezolanos.
A finales de 2013, Faría entró de lleno a la liga millonaria al comprar uno de los aviones privados de Jeffrey Epstein, un multimillonario estadounidense, amigo de presidentes de ese país como Donald Trump y Bill Clinton y encontrado sin vida el 10 de agosto de 2019 en su celda del Centro Penitenciario Metropolitano en Manhattan, donde enfrentaría un juicio por abusar de menores de edad y administrar una red de pedofilia en Estados Unidos.
El aparato era un jet corporativo bimotor Gulfstream II color negro que comenzó a volar para Epstein a partir de 1994, quien le hizo luego una elegante remodelación de interiores en 2007. El costo de la venta es desconocido, pero las ganancias de las empresas de Faría le permitieron disfrutarlo durante años, hasta que lo puso en oferta al negarse a asumir la reparación de una turbina dañada, según declaró al diario Miami Herald. Según este medio, Faría tiene registradas al menos 16 empresas en Florida.
Una adquisición que, combinada con su Mercedes Benz, de vez en cuando sirvió de backing para fotos que dejó colar en su cuenta de Instagram entre decenas de imágenes que religiosamente publica, exhibiendo propiedades y la fe en sí mismo.
Chavista y contratista
Pero más allá de su faceta empresarial en Estados Unidos, Faría exhibe un imponente historial de contratos con el Estado venezolano desde hace al menos cinco años. A pesar de la creciente impopularidad del chavismo, Faría no oculta su preferencia política y se declara “bolivariano” y “revolucionario” en la biografía de su cuenta de Twitter (@fariaoa). Una inclinación que repite en la cuenta de su empresa Poly Flex (polyflexllc_5) en esta misma red social, repleta casi exclusivamente de mensajes de apoyo a la gestión de Nicolás Maduro.
Con esa inclinación política, jamás ha negado sus trabajos con el gobierno. En entrevista con Vladimir Villegas en 2014, por el canal de noticias Globovisión, Faría confesó su interés por la creación de una empresa mixta con el Estado venezolano para el tratamiento y comercialización de su producto estrella: polyflex.
El polyflex resulta de la composición química de parafinas, emulsionantes y estabilizadores a base de resina, que se terminan mezclando con la tierra del lugar a tratar y con algunos desechos plásticos, hasta que se tiene listo el producto para su aplicación en la construcción de vías terrestres como alternativa al asfalto convencional.
“Nuestra propuesta siempre ha sido instalar una planta de producción de polyflex en territorio venezolano, a fin de aprovechar la capacidad de exportación a mercados internacionales que de hecho ya disponemos y estamos satisfaciendo”, declaró el empresario a El Venezolano, un impreso de la comunidad venezolana en Miami.
Con esa visión, Faría destaca como único socio de cuatro empresas en Venezuela que han sido contratadas por el Gobierno, como consta en el Registro Nacional de Contratistas (RNC). Todas poseen un objeto social amplio y similar: aquello relacionado a la importación de productos químicos, la comercialización de bienes, la planificación y la ejecución de obras de vialidad, de edificaciones en general y de proyectos de construcción en la industria gasífera, eléctrica y petrolera.
Construcciones y Proyectos 3029 C.A. fue la primera empresa que constituyó, el 18 de febrero del 2005. Para ese entonces, solo le faltaba el 0,03% para tener el 100% de las acciones. Actualmente pareciera estar inactiva y su expediente no pudo ser ubicado en los registros mercantiles a los que se acudió en Caracas.
Las otras tres empresas son totalmente de su propiedad y comparten al calco el domicilio en Caracas, en el Centro Comercial Manzanares Plaza, al sureste de la capital venezolana: PolyFlex LLC —registrada en Florida, Estados Unidos—, Venezolana PolyFlex y Total Vitalis de Venezuela.
Total Vitalis de Venezuela se constituyó el 26 mayo del 2010 como una empresa netamente vinculada al sector salud, a través del comercio de productos farmacéuticos, de laboratorio y de veterinaria. Fue comprada por Faría el 23 de mayo del 2013 en una asamblea extraordinaria realizada en la sede de la compañía la mañana de ese día y que tuvo como invitada a Veruzhka Ramírez, que sería nombrada ese día gerente de la empresa. Poco se sabe de sus cuatro dueños anteriores, que salieron uno a uno del negocio hasta vender la totalidad de las 5.000 acciones de la empresa.
Lo que sí se sabe es que hubo un cambio radical en el objeto social de la empresa, que pasó de comercializar material quirúrgico a planificar, ejecutar obras y servicios de vialidad e importar material químico para pavimentar, según se estableció en una reunión extraordinaria del 27 de agosto del 2015. Un cambio tal vez necesario que, sin embargo, no había impedido que dos años antes de ejecutarse la empresa llevara a cabo trabajos viales en zonas como la parroquia La Dolorita, en el estado Miranda, y Capacho, en Táchira.
Entre enero y julio del 2014, Total Vitalis recibió 1,9 millones de dólares del Centro Nacional de Comercio Exterior (Cencoex, organismo sucesor de Cadivi que reguló y administró las divisas en el país), como una empresa clasificada dentro del sector salud cuando en la práctica no lo era. De hecho, la base de datos de comercio internacional Panjiva registra que los dólares fueron invertidos en otra cosa distinta a insumos médicos.
En agosto de ese año la empresa importó 16.6 toneladas de polímeros, valoradas en 478 mil dólares, desde el puerto de Everglades, en Florida, hasta el puerto de La Guaira, estado Vargas, según Panjiva, que además registró otros catorce envíos de Total Vitalis a Venezuela.
Por su parte, la empresa PolyFlex LLC pavimentó la calle principal 15 de agosto de la parroquia La Dolorita, municipio Sucre, estado Miranda, en vísperas de las elecciones municipales del 8 de diciembre del 2013. A la jornada asistió el ex pelotero y cantante Antonio El Potro Álvarez, quien era el candidato del oficialista Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV)a esa alcaldía.
Venezolana PolyFlex es la cuarta empresa que preside Faría con el 100% de las acciones desde el 15 de octubre del 2015. Un año después de habérsela comprado a José Luis Angarita Landaeta, que duró con ella apenas un mes, al adquirirla de manos de sus dueños originales que constituyeron la empresa en 2005 bajo el nombre de Inversiones Luloluiram. Curiosamente, Landaeta es accionista o miembro de la junta directiva de al menos otras siete compañías que le han servido al gobierno.
Hoy en día esta empresa tiene como director al empresario Giuseppe Filippo Fallone Alibrandi, que a través de cinco empresas propias ha suscrito una diversidad de contratos de construcción y restauración de edificaciones de varias instituciones del Estado, entre las que resaltan el Servicio Nacional Integrado de Administración Aduanera y Tributaria (Seniat), la aerolínea Conviasa, el Despacho de la Presidencia, la Vicepresidencia de la República, la Fundación Comandante Eterno Hugo Chávez y el Banco del Tesoro.
Lea el trabajo completo aquí
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